Europa está decidida a mejorar el comportamiento energético y el impacto medioambiental de su obsoleto parque edificado, en el que la mayoría de sus inmuebles no son eficientes. Por ello, en este artículo veremos varios consejos para mejorar la letra de eficiencia energética en los edificios.

En la actualidad, todos los países miembros utilizan el certificado de eficiencia energética, un documento oficial redactado por un técnico competente que califica los edificios entre la A y la G según sea su eficacia.

La Unión Europea pretende limitar los edificios con calificación F para 2030 y con la letra E para 2033. De momento, Bruselas propone nuevas normas mínimas que exigen que el 15 % menos eficiente del parque inmobiliario de cada Estado miembro se actualice y pase de un certificado de eficiencia energética de grado G a uno de grado F como mínimo, de aquí a 2027 para los edificios no residenciales y de aquí a 2030 para los edificios residenciales.

¿Qué diferencia de consumo hay entre una letra y otra?

La diferencia de gasto entre una vivienda con eficiencia energética A y otra con calificación G es considerable. Según un estudio de la OCU, los inmuebles con calificación energética A pueden llegar a consumir hasta un 90% menos de energía que los menores niveles de eficiencia, es decir, aquellos con calificación G. Asimismo, una vivienda con calificación B puede reducir su consumo en un 70% y una con etiqueta C en un 35%.

Pero no solo hablamos de ahorro de energía (y por tanto de dinero en la factura). La eficiencia energética de un edificio también es clave para mejorar el confort interior y minimizar el impacto ambiental.

Por todo ello, resulta fundamental subir un peldaño en esta escala. Para hacerlo te ofrecemos algunos consejos clave que mejorarán la etiqueta energética de tu edificio.

1. Mejora el aislamiento térmico

El aislamiento es el factor principal para reducir la demanda energética de un edificio. Optar por soluciones de aislamiento de alta calidad ya sea en fachadas, cubiertas o suelos, ayuda a minimizar las pérdidas de calor en invierno y mantener el interior fresco en verano.

También se puede mejorar el interior de cada vivienda con placas de yeso laminado con aislamiento térmico y acústico mejorado.

2. Mejora la hermeticidad y elimina puentes térmicos

Los puentes térmicos y las filtraciones de aire reducen la eficiencia energética de un edificio. Utilizar soluciones de hermeticidad como membranas y cintas de sellado puede ayudar a evitar pérdidas innecesarias de energía.

3. Optimiza los sistemas de climatización y ventilación

Un sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) eficiente reduce el consumo energético. Se recomienda:

  • Instalar equipos de climatización con alta eficiencia energética
  • Incorporar sistemas de ventilación mecánica con recuperación de calor
  • Usar termostatos y sensores inteligentes

4. Sustituye puertas y ventanas por modelos eficientes

Las ventanas con doble o triple acristalamiento y carpintería de alta eficiencia reducen las pérdidas de calor y mejoran el aislamiento acústico. Complementar con persianas térmicas también puede ser una buena opción.

5. Implementa energías renovables

Las energías renovables, como la solar fotovoltaica o térmica, pueden reducir significativamente el consumo de energía de la red y mejorar la clasificación energética del edificio.

6. Mejora la iluminación y electrodomésticos

Sustituir las luminarias tradicionales por LED y optar por instalaciones comunitarias (salas de calderas, ascensores, etc.) eficientes disminuirá el consumo energético de la finca.

7. Realiza una auditoría energética

Antes de realizar mejoras, es recomendable llevar a cabo una auditoría energética para identificar las principales deficiencias del edificio y planificar las soluciones más eficaces. Es importante conocer el punto de partida y los objetivos de eficiencia que queremos alcanzar.

Además de estos siete consejos concretos, nosotros, como siempre, te recomendamos que busques profesionales con referencias y el mejor asesoramiento técnico. No olvides los trámites como solicitar las pertinentes mejoras o comprobar si hay ayudas o subvenciones en tu comunidad autónoma.

Con todas estas recomendaciones el edificio mejorará su etiqueta de eficiencia energética y la nueva clasificación se traducirá de inmediato en ahorro energético, confort y compromiso medioambiental.

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